Visto lo visto, pudiera esto parecer que es así pero os prometo que es casualidad. Y aunque dice LA que las casualidades no existen, de veras que no se trata de hacer la ruta de bacalao. También es verdad que si es día nacional en Luxemburgo, tampoco nos vamos a quedar en casa…
Eso y que esta etapa la habíamos previsto corta para ir con tiempo a la reunión que teníamos con la Federación de Asociaciones Españolas en Luxemburgo, FAEL. La habíamos previsto corta, alargando otra, claro (la de hace un par de jornadas y que se convirtió en la etapa reina).
Así que dejamos Metz con la sensación de que es una de esas ciudades que merecen la pena volver y volver y volver a volver.
Desde Metz, seguimos la ruta ciclista de Carlos el Temerario (VCT) , porque también es tontería estar inventando la rueda. Bueno, también influye el hecho de que Carlos el temerario tiene bastante que ver con la Historia de España. Carlos el Temario era el bisabuelo de Carlos I de España y es de esa rama de la que recibe el legado de los Países Bajos y Borgoña que luego paso a Felipe II y bla, bla, bla… Así que tiene todo el sentido seguir esta ruta que además en lo principal coincide con la que llevaron Isabel Clara Eugenia y su marido (que es la que nosotros estamos marcando).
La VCT nos lleva en un agradable paseo bordeando el Mosella hasta Thionville. O Teunvilla como la llamábamos los españoles. Sea como fuere el paso entre Metz y Thionville implicaba un cambio de Estado, dado que el territorio alrededor de Metz era Lorena y Thionville pertenecía a los Países Bajos y por tanto a la Monarquía Hispánica.
Y no era una ciudad cualquiera. Bañada por el Mosella, era el primer punto de defensa de la ciudad clave de Luxemburgo que daba acceso a los Países Bajos. Es por eso que el Duque de Alba en el primer Camino Español de 1567 ya traía entre sus objetivos levantar una fortaleza a la medida de la importancia estratégica de la ciudad. Aún se puede ver tramos claramente en la parte del río.
Y el antiguo ayuntamiento, y el Beffroi,… Solo hay que mirar con los ojos adecuados para ver la huella de la época española. Dejamos Thionville, no sin antes comprar y comer unos plátanos y beber agua en abundancia para recomponer las fuerzas que el calor y el esfuerzo había maltrecho en parte.
Con Luxemburgo en mente recorremos los kilómetros (con su desnivel…) que nos separan. La etapa es corta así que no hay excusa, llegamos a buena hora. Ducha, a comer algo y descansar porque hemos quedado a las 18:30 en la federación de asociaciones españolas de Luxemburgo. Allí nos reciben sus representantes y en un ambiente distendido hablado sobre la ruta, el proyecto, las experiencias, los inicios y los objetivos. El tiempo pasa volando y nos emplazados en un futuro cercano a la presentación de la guía del Camino Español el bici también en Luxemburgo.
La tarde noche nos queda libre para disfrutar de la jornada festiva que se acerca por el cumpleaños del Enrique, Gran Duque de Luxemburgo.
Así mientras paseamos las calles del centro de Luxemburgo, muchas de ellas de personajes de la época española (Felipe II, Monterrey, Chimay, Plaza de Armas,…), disfrutamos del ambiente. En el Camino Español intentamos no dar puntada sin hilo.
Y mañana, etapa mayor (>100 km) y las Ardenas de por medio. Como encima haga calor…
El Camino Español