Lo que son las cosas. Nosotros temiendo por nuestra vida en ese convento tan lúgubre y resulta que en allí mismo había una reunión de gendarmes franceses. Hasta 7 hemos contado esta mañana desayunando. Paquita, una madrileña afincada en Francia desde hace mas de 40 años y que esta al frente del «local», nos ha dicho que los gendarmes están a dos velas y que, por eso hacen los encuentros aquí (las habitaciones son baratas)
El día no apuntaba bien y ciertamente no ha sido un buen día. Un pájara tuvo la culpa. Y la pájara me dio a mi, claro. Ya os dije que LA es de otro material… Pero vamos por partes. Nos dormimos tarde, muy tarde y dormimos mal. Cama incómoda, dura como una piedra y durante la noche, lluvia con sus truenos. No ha empezado el día y ya apunta mal. Y tranquilos que luego empeora.
El camino iniciado en Belley lleva a un cañón que se debe atravesar por dentro. Una equivocación mía en el track cargado hace que empecemos a ascender cuando debíamos entrar en el cañón. Cuando llevamos media hora de ascensión, me percato del error y lo comento con LA. Decidimos seguir. Total, no parece faltar mucho. Hora y media mas ascendiendo. Lo dicho fundido. Cierto es que las vistas son muy bonitas pero el precio había sido muy alto yo había dejado todas las energías que había acumulado durante la noche en ese ascenso. La bajada, de nuevo espectacular y todavía transitamos un trecho por el cañón que forman las montañas vecinas.
Llegamos a Tenay, donde hacemos un descanso y comemos un bocadillo. Ya eran la una y habíamos recorrido 20 km. Faltaban 70, y yo estaba tocando fondo. Allí nos encontramos con un ciclista belga muy majo que estaba haciendo la ruta del Jura. Le explicamos la nuestra y le animamos a que la haga. Nos dice que el tiene un tío en Arlon que tiene un hotel, que rápido cogió el belga el asunto…
El bocadillo me da un pequeño plus, que me sirve para llegar a Sant Rambert. Donde hacemos una visita a la oficina de turismo donde nos reciben, escuchan y comentan con nosotros… En castellano :-). Pero hasta ahí. Y encima se pone a llover. Poco mas adelante hay un McDonald’s salvador. Entramos. Eran las 3 y 60 km por delante.
Unas hamburguesas y luego, casi sin quererlo… Una siesta. Una bendita siesta tan española aunque en esta ocasión de las de estar sentado y con la cabeza apoyada en las manos. Poco. Solo 20’… Pero mano de santo. Como el ave fenix (vale igual me paso, pero es para que os hagáis a la idea). Hemos retomado el camino y poco a poco he ido cogiendo el ritmo de LA. El camino hasta Poncin ha sido un poco fulero, por carretera nacional, pero de Poncin hasta Montfleur ha sido im-pre-si-o-nan-te.
A estas alturas, las montañas las hemos dejado atrás. Los ríos transcurren tranquilos entre redondeados montes cubiertos de arboles. El trigo, que esta a punto de ser segado, ha sustituido a la viña. Hemos grabado en vídeo y hecho fotos, para que os hagáis una idea, pero solo sera eso. De veras que es digno de ver. Y con la luz del atardecer, todavía mas.
Entrando en Montfleur, dejamos atrás Saboya y decimos hola al Franco Condado (también llamado Borgoña y que perteneció a la corona española durante casi dos siglos). Una bienvenida que hemos celebrado con una cena de las de volver rodando al B&B (que por cierto esta estupendo, Plume et notes, se llama).
Mañana otros noventa km. Ya veremos, porque el culo me está dando una guerrita…
DLopezR
Buenas chicos, dicen que montar en bici es algo que no se olvida nunca…lo que nunca olvidaréis es vuestra aventura. Ánimo ya queda menos.
A falta de españoles, buenos son herejes, aunque intenten venderos una burra. Mucho ánimo campeones que ya vais por la mitad.
Vais a un ritmo endiablado, mas bien pareceis jinetes de posta que soldados viejos. Aguantad un poco las cabalgaduras, pardiez, que pareceis mas bien que andais huyendo que yendo.
Ya empiezo a ver Lorena en lontananza.