Día 14: de Roche-en-Ardenne a Tienen

Pedalear, pedalear y pedalear. Se huele la meta y parece que quiere uno recorrer los kilómetros mas rápido. Hoy ha sido un día duro, correoso. teóricamente eran 110, pero seguro que han sido más.

Desde donde pasamos la noche, bonito pueblo el de Roche-en-Ardenne (y turístico), hasta Marche-en-Famenne, el ritmo ha sido bueno: Al tran-tran pero con ritmo. Bonitas vistas de las Ardenas, de sus frondosos bosques y de sus ríos. Eso sí, frío. Estaba nublado y la sensación térmica era baja. Si a eso la sumas la velocidad… Es incómodo pedalear pasando frío o sudando por abrigarte en exceso. Encontrar el punto correcto es vital y no siempre es fácil.

En Marche preguntamos en la oficina de turismo sobre cómo hacer el trayecto hasta Tienen. La parte final hasta Huy está clara. Pero antes de eso el recorrido se enturbia. La carretera nacional descartada, no hay arcén y hay mucho tráfico. Lo mejor es ir por pista ciclable.

Pero claro la pista ciclable va zigzagueando y provoca que se hagan al muchos más kilómetros de los previstos… Lo intentamos al principio pero la pista no es la panacea y nos roba mas tiempo del previsto, así que improvisamos. Durante unos tramos hacemos pista de bici pero luego seguimos por carretas secundarias hasta enlazar, pasados muchos kilómetros, con una pista ciclable espectacular. Es la que va a dar a Huy, el trazado era el de una antigua vía de tren. Además es bajada ¿Que más se puede pedir?

Pues que Huy fuera fin de etapa. Pero no. Hasta Huy habíamos hecho 60 km faltaban teóricamente 40 km. Descansamos. Un frankfurt de dimensiones mayúsculas y una coca-cola reponen algunas de las fuerzas que dejamos por el camino. El tema no estaba nada claro. El zigzagueo y las consultas al GPS nos habían retrasado mucho. Se iba haciendo tarde y faltaban aun muchos kilómetros.

De Huy hasta Hannut fueron 20 km y allí llegamos a las 8. Era oficialmente tarde y aun faltaban 20 km.¿qué hacer? dormir aquí y hacer el resto de km al día siguiente o empujar hasta el final de etapa aunque hubiera riesgo de que se nos hiciera de noche. Cualquier eventualidad nos podría complicar la vida: una mala carretera, un pinchazo,…

Igual fue el frankfurt que nos dio un plus de energía o tal vez la determinación de no acumular un retraso que nos pasaría factura mañana. Seguramente ambas. Lo comentamos y decidimos seguir. Que sea lo que dios quiera…

Y dios quiso echarnos un cable porque transitamos por uno de los mejores asfaltos desde que iniciamos el recorrido en Milán: Nuevo, perfectamente alisado, con agarre pero no en exceso, una absoluta delicia. Los kilómetros volaron y llegamos todavía de día a Tienen.

No puedo negar que me sentí orgulloso de ambos. Y creo que L.A. también. Al bajar de las bicis, ya en la puerta del hotel, nos estrechamos las manos y sonreímos de satisfacción. ¡Unos cracks! Creo recordar que dijimos al unísono. Después de 1300 kilómetros ya le vamos pillando el truco a esto de la bici. En buena hora porque mañana … mañana llegamos a Bruselas.

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