El Quijote es una de las obras literarias más famosas de la historia de la literatura pero Cervantes no lo sabía cuando la escribió. Y de todas las posibilidades que le daba tener un papel en blanco, escogió incluir la historia de un soldado: Ruy Pérez de Viedma es el Cautivo que, a instancias de todos los personajes reunidos en la venta manchega, cuenta su historia en la primera parte del Quijote.
Y de todas las aventuras y desventuras que podía llevar a cabo un soldado de aquella época, que eran muchas, Cervantes, soldado también, escoge dos y las pone en boca de el “cautivo” para que las narre a modo de introducción antes de contar la historia que da título al capítulo:
La expedición del Duque de Alba de Milán a Flandes (nuestro “Camino Español”) y la batalla de Lepanto. Y al narrarlas, y al hacerlo con el mismo hilo argumental, las evoca como los hechos más relevantes vividos por el personaje y por lógica de los más relevantes a ojos del escritor.
Cervantes luchó en la batalla de Lepanto y, por la importancia histórica y personal que tuvo, tiene lógica que la incluya en la narración. Pero no fue a Flandes y por lo tanto no hizo la ruta de Milán a Bruselas lo que resulta, al incluirlo en el Quijote, un indicio claro de la repercusión e importancia que tuvo en la época. Y más teniendo en cuenta que la obra empezó a escribirse tres décadas después primer “Camino Español”.
“Embárqueme en Alicante, llegué con próspero viaje a Génova, fui desde allí a Milán, donde me acomodé de armas y de algunas galas de soldado, de donde quise ir a asentar mi plaza al Piamonte; y,estando ya de camino para Alejandría de la Palla, tuve nuevas que el gran duque de Alba pasaba a Flandes. Mudé propósito, fuime con él, servíle en las jornadas que hizo…”