Continuamos con esta serie de artículos sobre el peinado, de la mano de Hencinarys, en el Siglo XVI. Cien años donde donde los peinados no se sustraen a las tendencias que sobrepasaban fronteras. Modas que unas Cortes a otras se van trasladando y que finalmente modifican los hábitos del ser y el estar de toda la población y que cala en todos órdenes de la vida.
Se mantiene en los primeros años de siglo la de trenzar los mechones delanteros:

Sigue las modas tan españolas del tranzado y la de llevar las ondas del pelo floja, rozando la parte superior de cuello.


Llegará a tocar los hombros, entonces el tranzado comienza a la altura de los mismos.

De fuera, llega la moda de llevar un mechón por delante de la oreja:

La frente despejada sólo aparece en pinturas flamencas, al igual que la toca de estilo franco-flamenco que lleva el siguiente personaje:

Y como no, también en los primeros años de siglo, continua llevándose el pelo suelo con raya en medio.
Entre 1530 y 1540 llega la moda italiana de anudarse el pelo a modo de cinta, formando un nudo o lazo sobre la cabeza.

Hacia los años 30 se pone de moda un peinado sofisticado y español: llevar el pelo encrespado recogido en dos moños, uno a cada lado de la cabeza. Durará hasta los años 50. Esto dio lugar a las cofia de papos.



En los años 60 los moñetes desaparecen. El pelo se peina completamente hacia atrás, algo que ya se estilaba antes en otros países. Pero se hacían rodetes con el propio pelo o con cabello ajeno o se hacían rodetes con adornos en la parte posterior de la cabeza.


En los años 70 se lleva un peinado que viene de fuera (aquí web sobre este peinado), el pelo forma dos arcos que convergen en ángulo sobre la frente. Se podía llevar el cabello liso o rizado, y los arcos ser más o menos pronunciados.

Poco antes de 1580 el cabello se peina en rizos ensortijados (tendrá mucha aceptación) coexistiendo con peinados de pelo liso.

El cabello empieza a levantarse sobre la frente en la mitad anterior de la cabeza (la figura por los años 80 tiende a estilizarse) recibiendo el nombre de copete; la parte posterior se cubre con una gorra, una toca o una diadema. A inicios de los 90 tanto el peinado como los tocados, las gorras y las diademas también se elevan; a este promontorio que acompaña al copete de pelo se le llamó también copete (es moda exclusiva española). Para que fuera tan alto y firme se recurrió a pelo postizo y a un soporte de alambre llamado jaulilla.



En la segunda década, la cabeza pasa de ser apuntada a ser redondeada.

Y por la misma década el peinado baja ya del todo y tiende a abultarse por los lados, que será cada vez más exagerado en la segunda mitad del siglo XVII. También se coloca un pequeño mechón delante de las orejas, e incluso se vuelven a cubrir. Sobre la frente se luce un pequeño mechón liso o rizado, que también perdurará pasado los años 50.


Mientras el resto de mujeres llevarán el pelo largo recogido en trenzas y moños.
