¿Libertad religiosa en Inglaterra, Alemania o Francia en el siglo XVI? ¡JA!

Cuando le llegó la noticia de que los protestantes habían inoculado su «veneno» en sus súbditos flamencos sintió como se le encogía el corazón. El cabreo soberano por las repercusiones que eso tendría alcanzó extremos nunca vistos y el camarero real, el ayudante de cámara y hasta el Espíritu Santo salieron por piernas del real despacho para dejar al rey prudente sólo, mascando sus pensamientos…

Siendo un hombre instruido y de gestos medidos, controló su regia ira dejando paso a la razón. Empezó entonces a analizar la situación sobre la experiencia de otros países y cómo ellos estaban solventando los nuevos tiempos y la difícil papeleta de la libertad religiosa… Así el prudente hundió su mente en el pozo de sus conocimientos…

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— ¿Cómo es posible? ¿Pero no tienen ojos en la cara? Solo hay que mirar a la vecina Francia para darse cuenta de cuan nefasta estaba siendo la mezcla de religiones para la paz de los territorios y de las gentes.

— Y no sería porque las autoridades francesas no lo intentaron. Aplicaron tolerancia, magnanimidad, buenas formas y convivencia… No funcionó.

(Siendo el resultado el que nadie quiere: Guerra civil y muerte durante un periodo que se alargó desde 1562 hasta 1598. El problema religioso no se «resolvió» sin embargo hasta 1685 con el Edicto de Fontaineblau, donde se proscribe cualquier otra religión en Francia que no fuera la católica)

— Dí tu que a mí, mal no me viene. Mientras Francia, envidiosa y temerosa de nuestra hegemonía desde los tiempos de mis abuelos, estuviera ocupada en «sus cosas», yo tengo margen para dedicarse al verdadero peligro del mundo occidental y cristiano: El turco.

(Y con razón sabía él de qué hablaba. Tenía a los moriscos de las Alpujarras de frente y existía el riesgo cierto de que se convirtieran en cabeza de puente para una invasión turca. Hasta que se conjuró la amenaza con la Batalla de Lepanto.)

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–Otro ejemplo, claro. Si el Turco se me mete en casa, dudosamente lo pudiera yo solucionar con tolerancia y buenos gestos y palabras.

— Quien más… mmmmm… ¿Quien puede servir de ejemplo? ¿Los ingleses, tal vez?

— Los ingleses… bufff… Isabel… ¡menuda perla! Digna hija de su padre el «iluminado» de Enrique VIII. Ha hecho renunciar a Inglaterra de la Iglesia Católica y ha retomado los pasos de su padre. Lleva años con una limpieza religiosa que se está llevando por delante a cientos de católicos. Como para ir dando ejemplo de bondad, mano izquierda y tolerancia…

Cate Blanchett as Queen Elizabeth

(Se estima que en diez años, de 1559 a 1569, Isabel I manda ejecutar a casi 800 católicos. En 1570 el papa Pío V redacta la bula Regnans in Excelsis declarando depuesta a Isabel por herética)

— O los alemanes… Otros que tal… Con lo que tuvo que tragar mi padre como Emperador para contentarlos…

— Y eso que en Mühlberg los metió en cintura. Al final, para nada. Con tantos frentes abiertos se vio obligado a aceptar las condiciones de los nobles alemanes rebeldes, donde cada Príncipe podía profesar la religión que quisiera sin que el Emperador pudiese impedirlo. Eso sí obligando éstos a todos sus súbditos a profesar su misma religión.

— Para que luego me vengan con cuentos de libertad religiosa en los tiempos que corren ¡Ja!

(Las condiciones se reflejaron en la Paz de Augsburgo. Algunos de estos príncipes, sólo para alejarse más de la influencia del Emperador se hicieron protestantes. Por eso y para poder arramblar con las propiedades de la Iglesia. Los príncipes, no obstante, ya sabían lo que hacían: ‘Eius regio cuius religio‘, Es decir obligaban a todos los vasallos de un príncipe obligatoriamente a hacerse de la misma religión que profesara éste. Obligatoriamente, nada de alternativas)

— Si mi padre viviera podría aconsejarme… Aunque él nunca fue de tibiezas. Al fin y al cabo la convivencia religiosa, a día de hoy, no ha sido solución en ningún estado moderno. A no ser que quieras guerra civil…

— Y si la gestión de un estado necesita de unidad religiosa… ¿Qué no necesitará un Imperio para mantenerlo unido?

— Sea como sea, preguntaré al Consejo de Estado… Que para algo les pago…

El Camino Español

Conoce la respuesta de Felipe II al desafío religioso en: Los dos motivos

Fuentes:
Paz de Augsburgo
Guerras de Religión en Francia
Religión en Inglaterra

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