Por qué el Imperio Español y el castellano revolucionaron las lenguas (e Inglaterra y su inglés, no)

La unión dinástica que supuso el nacimiento de Carlos I provocó en poco tiempo el ascenso de España a primera potencia europea. No fue casualidad. La suma de territorios (cada uno son su propia lengua) que gobernaba el joven príncipe era enorme; la relevancia política que conllevaba este hecho, también. Francia que por tamaño, población, poder y posición geográfica debía ejercer de manera natural de esa hegemonía cedía el puesto vencida ante el empuje militar, económico y estructural de la Monarquía Hispánica. A nadie se le escapa que la disparidad de lenguas complicaba cualquier gestión…

Mapa de los territorios europeos de Carlos I

Un problema que vino a solucionar el español. Este se habla a partir de entonces y paulatinamente en la Península Ibérica, en Nápoles, en Milán, en el Franco Condado, en los Países Bajos, también en los Estados Alemanes y hasta en Roma. De hecho, pasa a ser lengua diplomática, de facto, adquiriendo una relevancia que hasta ese momento ninguna lengua nacional europea había adquirido. El español fue la primera lengua diplomática moderna.

No es de extrañar, el castellano adquiere una relevancia en las cortes europeas acorde al impacto de las decisiones que sus gobernantes toman. El español está de moda («assí entre damas como entre cavalleros se tiene por gentileza y galanía saber hablar castellano», escribió Juan Valdés humanista español, protestante, que vivía en Roma). En los territorios europeos de la Corona Española se convierte en una lengua administrativa y sobre todo, atención, comercial. Esto es fundamental porque, con los años, si querías participar del comercio generado por el Imperio Español (recordemos 4 continentes) o si querías conocer de primera mano todo aquello que venía del Nuevo Mundo o de Asia, debías conocer el español. Y la necesidad lleva al aprendizaje. (exactamente igual que ocurre ahora con el inglés…de la mano de Estados Unidos).

No fue una cuestión de suerte. La clave de ese desarrollo sostenido del idioma español y de su uso “global” hay que ir a buscarla al año 1492: Antonio de Nebrija, sevillano él, publica la primera gramática del castellano. Amén de ser la primera gramática de todas las lenguas “vulgares” europeas (herederas del latín), con esta gramática, Nebrija proporciona las reglas claras y precisas para escribir y pronunciar correctamente el idioma. Paso imprescindible para poder enseñarlo y, claro, aprenderlo.

Las gramáticas se extienden por Europa de la mano del castellano

Los otros países flipan con lo hecho por España al elevar al español a la categoría del griego o del latín. Aún tardan en subirse al carro, pero cuando ven cómo se difunde el español entre sus propias cortes no dudan en dar el paso:

· La primera gramática del francés surge en 1530.
· En 1534, la primera gramática del alemán.
· La de nuestros vecinos portugueses, en 1536.
· … y ya si eso, 50 años más tarde que los portugueses… por fin… en 1586 vería la luz la primera gramática del inglés (venga ahí esa sonrisilla…)

Para entonces el español ya se había consolidado como lengua franca de comunicación en Europa, fundamentado por la soberanía de la corona española en los territorios europeos y por la revolución del Comercio que, en varias oleadas, estaba desarrollando el Imperio Español ( y del que todo el mundo quería de una u otra manera tajada). La innovación de esta primera gramática abrió el camino a otras en Europa que solo tuvieron que seguir la senda. Pero aún daría España otro paso más, digno de toda consideración por lo avanzado y revolucionario de su planteamiento.

La lengua se convierte en poco años en algo fundamental. Los territorios europeos de la monarquía ya se habían mostrado un buen campo de pruebas para el desarrollo y aprendizaje del español. Pero con los nuevos descubrimientos de tierras, en lo que se vio que era un Nuevo Continente, la monarquía hispánica tuvo que enfrentarse un problema que ningún otro país europeo se había encontrado: La multitud de idiomas en un territorio tan amplio.

Las lenguas del Imperio Español

El Imperio Español buscó tener una política idiomática que permitiera sumar, a través de las lenguas, argumentos para ayudar la evangelización y al mestizaje que se estaba produciendo en el Nuevo Mundo y que la Corona impulsaba. No fue ni fácil, ni rápido y seguramente el éxito alcanzado no fue ni homogéneo ni mucho menos total. Pero lo que sí tenían claro los españoles de aquel siglo XVI y XVII era que las lenguas servían para unir y comunicar a las personas; y para poder llegar a la gente, el Imperio Español debía conocer los idiomas que hablaban:

· La gramática del Náhuatl fue redactada por el misionero franciscano Andrés de Olmos, burgalés, y publicada en 1547. (la primera gramática Náhuatl de la que se tiene constancia es de ¡¡1531!!, si bien se perdió)
· La gramática del Quechua la publica, en 1560, Fray domingo de Santo Tomás, sevillano.
· El diccionario y la gramática del Aimará, se edita en 1612 .
· La gramática del Guaraní, por el padre Antonio Ruiz de Montoya, Limeño, es publicada en 1639,

¿Os habéis fijado en las fechas? La voluntad de la Corona de conocer los idiomas de los amerindios se mantiene con el paso tiempo. No es algo puntual, es estructural y una manera de concebir la gestión y el gobierno del territorio y de las personas que lo habitan.

Otro aspecto que, relacionado con las lenguas y la gramática, debería hacernos pensar: Para imprimir una gramática debe haber… ¡¡una imprenta y papel!!.

En la ciudad de México se ubicó la primera imprenta de América. Fue traída de España en 1539. En las 13 Colonias hubo que esperar a 1640 (Cien años… ).

El primer molino papelero americano se fundó, hacia 1575, en Culhuacán (Nueva España, actual México). La primera fábrica de papel en las 13 Colonias inglesas en 1690, en Pensilvania. (115 años después…). Y, con los ingleses, así todo…

La tienda de los tercios

PD: La política lingüística de la Inglaterra del siglo XVI y XVII en sus colonias americanas alcanza justo para un post-data. Como ya intuís fue nula. Nada. Cero. Bueno sí, La erradicación total como política de fondo de otras lenguas: un ¿genocidio? lingüístico en toda regla.

PD: Al finalizar el reinado de Felipe II, en 1598, todas las grandes lenguas amerindias de los territorios conocidos contaban con una transcripción fonética al alfabeto latino, con gramáticas y diccionarios. Las grandes y las no tan grandes:
· gramática de la lengua purépecha, en 1558
· gramática de la lengua mixteca, dominico fray Domingo de Santa María
· gramatica zapoteca, fray Pedro de Feria,
· gramática huasteca, agustino fray Juan de la Cruz

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *