La Inglaterra del Siglo XVIII: El Estado moderno más débil del mundo (I)

Es así. Para entender bien la historia de España ayuda mucho comprender mejor la historia de los países con los que interactuó (por decirlo fino). De ahí que demos inicio a esta serie en la que pretendemos dilucidar por qué Inglaterra hizo lo que hizo durante el siglo XVIII con el consiguiente impacto en la historia de España.  Para ello utilizamos un hilo conductor que arroja datos que se pueden contrastar fácilmente (y os animamos a ello) y que os va a permitir alcanzar vuestras propias conclusiones. Nosotros, con vuestro permiso, os vamos adelantando las nuestras.

Pero empecemos por el principio…

El Siglo XVII inglés fue muy complejo. Las guerras civiles y las alternancias violentas entre monarquía y república dejaron en Inglaterra un siglo lleno de inestabilidades que, hacia finales de centuria, se normalizó con la sorprendente creación de un parlamentarismo monárquico innovador y novedoso creado para gestionar el estado y controlar al rey. Nadie, sin embargo, pensó si iba a ser necesario controlar a las empresas. Concretamente a una que, por aquel entonces, ya era económicamente poderosa y estaba enraizada en la élite política inglesa.

En el mismo inicio del siglo XVII, nace la Compañía de las Indias Orientales (en adelante, la CIO o Compañía), protagonista de esta serie e hilo conductor que nos ayudará a entender mejor la historia de Inglaterra y en consecuencia completará la de la propia España. Como decíamos la CIO nace en 1600 de la mano de Isabel de Inglaterra con la exclusividad del comercio inglés con Oriente y fue creciendo, sin prisa pero sin pausa, con pocas penas y menos gloria. El caldo de cultivo con el que nació y se crio la CIO fue el terrorismo marítimo: La piratería.

De todos es conocido que el terrorismo marítimo contaba con el total beneplácito de la Corona inglesa. Esta práctica era, en general, no solo aceptada sino impulsada por el Estado Isabelino (allá por el siglo XVI). Personajes como Drake o Walter Raleigh daban claro ejemplo de cómo la Monarquía de Inglaterra apoyaba sin fisuras a estos terroristas del mar a los que nutrían y amparaban beneficiándose también de sus actos. Una forma de debilidad del estado que dejaba a las claras lo que no podía conseguir por méritos lícitos.

Dado que eso es lo que buscaban, infundir terror, ‘terrorismo’ define de una manera más precisa las acciones que llevaban a cabo en medio del Océano o en una pequeña población de gente sencilla en el Caribe. Terrorismo marítimo al que la guerra contra el Imperio Español (Guerra de las Armadas)  dio alas y una excusa para seguir pirateando, ahora bajo el sobrenombre de corso.

Tiene que ver con el tema porque John Watts, uno de los impulsores principales de la Compañía de Indias Orientales, financiaba corsarios ingleses que le reportaba pingües beneficios. No fue el único. Lo describe muy bien William Dalrymple en su obra ‘La Anarquía’: “esta empresa (la CIO) fue fundada por ex-bucaneros con el oro y la plata y el dinero que extrajeron del asalto a navíos“.  Así que no debe darnos apuro pensar que la piratería financió, de una manera directa e indirecta, la creación de la CIO.

Durante ese tiempo “isabelino” estaba vigente una ley contra la piratería (Offences at Sea Act de 1536) que visto lo visto no servía para mucho. Aunque a la Monarquía Isabelina está claro que no le importó, porque esos terroristas eran elevados a la categoría de héroes. Ya ves, un Estado amparando terroristas, convirtiéndolos en Sir y haciéndoles hueco en el Parlamento. Ya por entonces era un escándalo para otros reinos, pero ni a los dirigentes ingleses, ni a los dirigidos, pareció importarles.

Vinculación estrecha entre la CIO y el Parlamento Inglés
Sin embargo, con el tiempo algo ocurrió para que algo cambiara. Hay que esperar a 1693 (más de 150 años después) cuando un grupo de piratas ingleses, encabezados por Thomas Tew, enfocan sus intereses a las rutas del Índico. Es lo que se dio en llamar la ‘Ronda del Pirata‘. Una ruta de larga distancia para amenazar y robar objetivos musulmanes y, atención, de la Compañía de las Indias Orientales en el Océano Índico y el Mar Rojo.

La reacción contundente de la CIO (que contaba con casi 100 años de existencia por entonces) no se hizo esperar, y las consiguientes apelaciones de esta al Parlamento para solucionar el “problema” de los piratas fueron casi inmediatas.  Después de 150 años sin tocar ni una coma la ley contra la piratería, fíjate tu qué cosas, en 1698 se le da una vuelta de tuerca a la ley (Ley de piratería de 1698).  Así, de un plumazo, pasaban de aplaudir, aupar, adorar, convertir en Sir a piratas-terroristas y meterlos en el Parlamento, a colgarlos. El “terror” generado ahora no convenía al estado inglés. O, mejor dicho, no le convenía a la CIO.

Pero aún hay más. Coincidiendo con la finalización de la Guerra de Sucesión Española marineros y corsarios ingleses quedaron desempleados por la ausencia de conflicto y volvieron masivamente hacia la piratería reactivando de nuevo la ‘Ronda del Pirata’ que durante un tiempo volvió a estar de moda, para cabreo general de la CIO y de los diputados (muchos de ellos accionistas…), convenientemente zarandeados por el lobby de la Compañía. Así que el Parlamento británico sacó, sin prisa pero sin pausa, otra versión mejorada contra la piratería en 1721.

Durante siglo y medio no se tocó ni una coma de una ley contra la piratería, pero en 25 años se reforma una ley, dos veces, contra unos piratas que atentan en unos momentos concretos contra los intereses de una única empresa, la CIO. La reacción del estado contra la piratería deja patente cómo la CIO era capaz de influir en el Parlamento inglés. No sería la última vez.

Tal vez se entienda mejor al saber que a principios del XVIII la posición de la CIO en la India generaba ya enormes beneficios que la convertía en una empresa con un considerable poder económico y, a tenor por lo sucedido contra la piratería, también con un considerable poder político. Todo ello facilitado por las numerosas debilidades de una incipiente monarquía parlamentaria inglesa que daba sus primeros pasos.

Esto es clave porque en las siguientes entregas veremos cómo la estrecha relación entre Compañía y Estado tiene consecuencias más allá de las fronteras inglesas y más allá de ese siglo.

¿Cómo consiguió la Compañía pasar de ser una compañía anodina a mover los hilos de un Parlamento de un Estado moderno? solo un apunte: La respuesta está en la India y en cómo en unas pocas décadas la CIO transformó vaciándolo y empobreciéndolo, un país soberano, rico e industrioso e una colonia deprimida y totalmente dependiente, tanto industrial como económicamente…

La tienda de los tercios

PD: Inglaterra dejó paso a Gran Bretaña (acta de Unión con Escocia) a principio del siglo XVIII, así que en el título confundimos, conscientemente, el todo con la parte.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *