#ICCECaminoEspañol Dia 1: llegada a Bruselas y visita a la ciudad

Es lógico, se conocen. Han coincidido en otros viajes y en otras rutas. Todos ellos experimentados y con muchos kilómetros y experiencias en sus maletas y sus espaldas. En seguida se han hecho corrillos, mientras esperábamos la salida del avión. Sonrisas, abrazos y caras de alegría por coincidir con colegas y compañeros.

Han aparecido países a borbotones en las conversaciones: Cuba, Italia, Oriente Medio,… El ambiente distendido, incluso festivo. También surge El Camino Español. Me dicen que la aproximación a la ruta y a los países por los que pasa les parece muy interesante. El corazón está a punto de salírseme del pecho.

En unos minutos se habla de todo, el Brexit tiene su cuota de atención, también la posibilidad de desviarnos un poco para ver Dinant, bonita ciudad de Valonia. Mientras, nos acercamos al finger. No puedo evitar preguntarle a uno de ellos como son las vacaciones de alguien especializado en turismo: – Descanso, lectura, playa o montaña pero relajación, tranquilidad y pausa…  Lógico, por otra parte 🙂

El vuelo transcurre sin incidencias. Llegamos a Bruselas porque el camino, cosas de la agenda, lo haremos a la inversa.  Es decir comenzaremos en Bruselas e iremos descendiendo hasta Luxemburgo. Sin mucho margen para nada llegamos al Hotel One Bruselas, hacemos el check-in y a comer a Brasserie de la Presse donde estaba todo estupendo.

 

En la comida se habla ya abiertamente del Camino Español. Y contesto todo lo mejor que puedo a las preguntas que van surgiendo y que tienen que ver mucho con son su creación y sus recorridos. A la hora prevista lleva el guía de la Oficina de Turismo de Bruselas que nos explicará los puntos clave de Bruselas.

 

En eso transcurre la tarde. En un agradable paseo, con un tiempo de lo más deseable charlando y escuchando las explicaciones del guía que ha introducido aspectos relacionados con la ruta.

 

Durante el paseo nos detenemos en algunas casas que, en la fachada, tienen unas anclas que soportan su peso en forma de fechas. 1567 indica en una de las más antiguas. Esa casa vio pasar al Duque de Alba, le comento a uno de los compañeros. Al instante le hace una foto y me sonríe como quien guarda para sí un pequeño secreto.

La visita tiene uno de sus puntos clave, como no podía se de otra manera, en la fastuosa Gran Place. El Ayuntamiento y la Casa del Rey (refiriéndose al rey de España, Carlos I, puesto que estas tierras no eran reino) la presiden. Pero el número 1 de la Grand Place, es otra vez, el edificio del gremio de los panaderos que vienen a dedicarle el edificio al Roy d’Espagne, otra vez aunque en esta ocasión Carlos II.

 

 

Al poco, la visita finaliza,transcurriendo por lo más granado y representativo de Bruselas. El grupo se divide, unos, los menos, volvemos al hotel a descansar un poco y revisar algo del trabajo. Otros, los más, continúan la visita por libre. Nunca sabe uno donde puede estar la foto o la anécdota. Uno de los periodistas me comenta que sería interesante incorporar la posibilidad de ver o experimentar de alguna manera la época de los Tercios. Mediante recreación histórica o algo similar. No se me ocurre (por ahora) el qué, pero tiene razón… hay que darle una vuelta a eso porque sería la caña introducir esa experiencia…

La cena en T Kelderke. En la Grand Place, con eso os lo digo casi todo. Para no perder costumbre hemos tirado de plato típico con un par de cervezas rubias que han entrado magníficamente después de un día intenso.

 

La Plaza, incluso con los armatostes que están instalando para algún concierto luce bellísima. En su línea. Y es que la Grand Place no desmerece nunca.

 

 

El Camino Español

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