Cuando se inició el siglo XVI la Casa Trastámara reinaba en España pero ya se vislumbraba que el nuevo siglo traía también vientos de cambio en la casa reinante. Isabel y Fernando, que habían tejido el futuro del reino (y con su familia al frente) con tanto mimo, veían lo frágil de sus determinaciones.
Pocos años antes la sucesión al trono estaba clara y la perpetuación de los Trastámara en la corona estaba cerca de ser un hecho. Sin embargo la fatalidad no entiende de reyes o plebeyos y la muerte del heredero, Juan, de la siguiente en la sucesión, Isabel, y también de su hijo, el pequeño Miguel de la Paz (que contaba con dos años y estaba llamado a ser rey de España y Portugal y, en consecuencia, unido la península), hizo que la corona española se asentara, inesperadamente, en la cabeza de Juana de Castilla. En aquel momento, cuarta en la línea de sucesión.
Parche de España Antigua con la Cruz de Borgoña, en la T. de Tercios
Juana estaba casada con Felipe (el tal «hermoso» que sería guapo pero era más malo que la quina…). El fruto de ambos estaba destinado a ser un Habsburgo y no un Trastámara. Que Carlos, el primer hijo de ambos, reinara en España fue un todo un ejemplo de cómo el destino retuerce la Historia. Así Juana sería la última Trastámara en «reinar» en España porque llegado el momento, su hijo Carlos, reinaría como Habsburgo.
Carlos, además de la dinastía, heredó de su padre (y éste de su madre) el Ducado de Borgoña (actual Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Franco-Condado y poco más) que tenía como enseña la cruz formada con dos troncos con las ramas cortadas donde San Andrés, el apóstol, donde fue martirizado.
Fue Carlos quien empezó a utilizar el Aspa de Borgoña como representativa de la Monarquía Hispánica que él encabezaba. Felipe, su hijo, y los sucesivos herederos, hicieron ondear en todos los territorios de la Monarquía Hispánica la bandera de la Cruz de Borgoña. También ondearon orgullosas en las astas de los miles de barcos que surcaron durante esos siglos los Océanos.
Pin de Bandera de España Antigua con Cruz de Borgoña en T de Tercios
Esa Monarquía Hispánica estaba formada por múltiples Estados: Milanesado, Reino de Nápoles, Reales Presidios, Países Bajos, Franco-Condado, Portugal, Aragón, Castilla con América. Cada uno de ellos tenía su propia bandera pero solo una los representaba la todos: El aspa de Borgoña. Fue cuestión de tiempo que la España penínsular y americana, que formaba la mayor parte de la Monarquía, se viera representaba por la bandera de Borgoña. La parte se confundía como tantas y tantas veces con el todo.
El cambio de dinastía, al no tener descendencia Carlos II y pasar la corona de España a los Borbones (y cediendo por el camino algunos territorios europeos, Países Bajos Españoles y Milán a la rama austríaca de los Habsburgo), hizo que la nueva enseña Real (bandera blanca con escudo de los Borbones españoles) conviviera con la Cruz de Borgoña que seguía ondeando en medio mundo y que englobaba en realidad mucho más que la figura del nuevo rey. Para entonces esa bandera representaba inequívocamente a los españoles y a España hacía ya muchas, muchas décadas.
PD: El cambio definitivo se produjo en 1785 cuando se dicta el decreto que alumbra la nueva enseña nacional, Roja y Gualda, y que con pocas variaciones representa estos casi tres siglos de historia compartida.
La rojigualda empezó a usarse como bandera de la Real Armada en 1785 y en 1793 se empezó a usar en los puertos y fortficaciones de la Armada y en las costas. La marina mercante tenía sobre un fondo amarillo dos franjas estrechas horizontales y paralelas rojas.
En la guerra del Rosellón se empezó a ondear en los puestos del Ejército y cuando la invasión francesa se usó como símbolo patriótico.
No fue hasta el año de 1843, cuando por un Real decreto se oficializó como enseña nacional española.