Las mujeres de Flandes del Siglo XVI vistas por un Capitán de los Tercios

Queda tan bien explicado y tan ameno que cuanto menos lo toque mejor. Lo que viene a decir nuestro cronista y Capitán de los Tercios de Flandes Alonso Vázquez es, sencillamente, que el secreto del buen hacer de los flamencos estaba en sus mujeres. Y aquí da la razones para llegar a tal conclusión:

«Las mujeres, aunque beben, jamás se privan de su juicio, y son más sobrias, y dellas pende todo el gobierno de sus casas y familia y sus tratos y contratos…

Son tan diestras y pláticas en esto y en escribir, leer y contar por cifra, que pocos hombres se les igualan, ni en el saber las cuatro lenguas necesarias y que se acostumbran en estos países. De su naturaleza son libres y muy blancas, rubias, hermosas y corteses; poco limpias en el comer, pero en el vestir muy aseadas, y tan bien entendidas, que no hay ninguna que no dispute cosas de la fe como si fueran teólogos, porque en su vulgar* tienen muchos libros impresos, particularmente la Biblia, y de muy tierna edad la aprenden y tienen en la memoria.»

«Como no hay Inquisición ni quien les vaya á la mano, déjanse llevar del sabroso entretenimiento de la lectura, y con facilidad caen en grandes errores por los muchos escritos que hay heréticos y depravados que de los reinos y provincias circunvecinas se llevan impresos y se admiten sin ningún escrúpulo.»

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«Son en sus acciones como hombres, y en la mayor parte de las cosas que á sus maridos les toca y conviene, porque demás de ser las que tratan en las mercadurías y gobierno de sus haciendas, casas y familia, son barberas y asisten en las tiendas á quitar el cabello o barba a los que van a afeitarse, con tanto aseo, limpieza y desenfado como si para ellas se hubiese inventado semejante oficio, porque como sus maridos asisten lo más del tiempo en las tabernas, suplen sus faltas con más policía** y cuidado que ellos.»

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«Son también grandes marineras, pues el gobierno del timón, que es lo más esencial y de mayor confianza en un navio, se fia dellas, y acontece en los que van y vienen de Holanda á Flandes y en las charrúas que por los navillos y rios navegables llevan sus mercadurías, donde no van más de dos ó tres hombres para el aparejo de jarcias y dar las velas, ir ellas en la timonera con el leme en la mano gobernando el navio, y por no desaprovechar el tiempo algunas veces le atan con un cordel y toman la rueca y van hilando y haciendo labores caseras siempre que el tiempo y el mar les da lugar á ello, de suerte que con gran vigilancia acuden á lo uno y á lo otro; tal es su codicia*** y modo de gobierno, que pocas veces ó ninguna se ven ociosas.»

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«Son muy varoniles, y tan animosas, que en las defensas de las ciudades y en otras facciones de guerra han trabajado y peleado con mucho valor, excediendo en esto algunas veces á sus maridos»

«Al amor y crianza de sus hijos acuden con grandísimo cuidado, y después de haber cumplido con las obligaciones de su casa, van a media noche a buscar a sus maridos a las tabernas, cada una con su linterna, y los traen de la mano dando caídas, y algunas veces en brazos porque la fuerza del vino o cerveza los desatina de suerte que no ven donde ponen los pies»

Claro que pensándolo bien en todos los sitios, el camino del éxito para un pueblo está siempre en manos de sus mujeres. Siempre ha sido así y también lo es ahora.

El Camino Español

* lo entendemos como casa u hogar, sin embargo no hemos encontrados acepciones en este sentido.
** segun la RAE tercera acepción de ‘policia’ : Limpieza, aseo.
*** segun la RAE segunda acepción de ‘codicia’: Deseo vehemente de algunas cosas buenas.

2 comentarios en “Las mujeres de Flandes del Siglo XVI vistas por un Capitán de los Tercios”

  1. Muy buenas y muchas gracias por el portal y los grandes artículos que publicáis; ojalá cundiera vuestro noble ejemplo y se empezase a difundir y honrar nuestra gloriosa historia.

    En lo referente al término VULGAR, lo más lógico es leer su significado como LENGUA VULGAR, o propia de un pueblo, en contraposición al LATÍN, lengua oficial para los documentos eclesiales y de erudición.

    Un abrazo.

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