El Asedio de Leiden o cómo un País forja su carácter

Si alguna vez vais al Rijks Museum de Amsterdam, podréis disfrutar de este óleo y tal vez queráis comentarle a quien tengáis cerca que a veces las leyendas pueden más que la verdad, sobre todo si los que escuchan están dispuestos a creer. Este cuadro es una buena prueba de ello.

Mirando con atención el cuadro, podemos extraer algunas conclusiones: La dama y el caballero son pareja, tal vez matrimonio o tal vez no, pero lo que deja claro es que son algo mas que amigos. Nos lo indica la mano femenina posada sobre la masculina. Ambos de buen nivel social. Ella con un elegante y amplio vestido y luciendo un esplendido collar de perlas. Él, militar de alto rango (por el Toisón de Oro al cuello) con elegantes ropajes y una esplendida espada ropera, muy del uso español. Ella de tez blanca, propia de la gente del norte, y el de piel morena, más propia del sur.

No pasan desapercibidas las miradas de ambos. La de ella de solicitud, mas allá de eso incluso, de ruego o súplica. La de él, de meditación, como evaluando pros y contras antes de tomar una decisión grave y difícil. Tal vez sobre algo que acontece en la ciudad que señala la dama y que se puede ver a través de lo que parece la abertura de una tienda de campaña. Elegante, eso si, pero tienda de campaña al fin y al cabo que denota cierta acción militar (suponemos, por él principalmente).

Acabáis de contemplar uno de los episodios más importantes de la «historia» de Holanda. La ciudad que señala la dama es Leiden, en Holanda, la escena debía suceder en octubre de 1574. Concretamente en las vísperas del 3 de octubre, horas antes de un acontecimiento que podía cambiar la historia de este país en ciernes. Los protagonistas de la escena son Magdalena Moons y Francisco de Valdez, holandesa y español para más señas.

Ahora la Historia.

Leiden es tomada en 1572 por los protestantes que la fortifican rápidamente con defensas muy firmes y bien ubicadas. Dos años después, la recuperación de la ciudad de Leiden por los católicos ofrecía la posibilidad de asestar un duro golpe a la rebelión, ya que su toma separaría a los rebeldes de las provincias de Holanda y Zelanda y dificultaría el comercio de los puertos de Zelanda con el resto de las provincias.

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Es en Francisco Valdez, maestre de campo general de Holanda, sobre quien recae la responsabilidad de retomarla. Aconsejado por los católicos holandeses que se mantienen leales a su rey, sitia la plaza en octubre de 1573 para rendirla por hambre (método cruel, todo hay que decirlo, pero muy habitual en ambos bandos).

Valdez, instalado en Leiderdorp, muy cerca de Leiden, hace levantar una cadena de fuertes en torno a ésta, aislándola e impidiendo la entrada de suministros. En septiembre de 1574, cuando el hambre y las enfermedades hace ya tiempo que diezma a la población, una flota de los rebeldes entra desde el mar por las tierras inundadas con la intención de ir rompiendo los sucesivos diques hasta acceder al canal principal y entrar así en Leiden con provisiones. Lo consiguen el 3 de octubre, forzando a Valdez a retirarse.

Y ahora la leyenda (representada en el cuadro)

Magdalena vivía en La Haya, donde estaba destinado Valdez. Allí se conocieron. Él se enamora de ella aunque ella es treinta años mas joven. El amor no conoce barreras, ni edades, ni procedencias. En 1574, ya en las proximidades de Leiden, con el bloqueo a la ciudad muy avanzado y apunto ésta de rendirse, Magdalena, según la leyenda, persuade a Francisco para que retrase un día el ataque previsto para tomar la ciudad por la fuerza (y donde vivían familiares suyos) a cambio ella se casaría con él. Gracias a este acto de «sacrificio» de la bella holandesa, dice la leyenda, se pudo ganar el tiempo justo necesario para que la flota protestante arribara hasta Leiden para socorrerla del sitio al que había sido sometida. Así Magdalena Moons se convirtió en la heroína de Leiden y por ende del país entero.

Desenlace

No sabemos si la leyenda es cierta no. Lo que sí sabemos es que Magdalena era católica y que nuestros protagonistas se casaron por amor cuando el Rey Felipe II les dio licencia. Se ha demostrado recientemente que años después de la muerte de Valdez, Magdalena seguía firmando como «viuda de Valdes». Y sobre todo, que no, que Francisco no tenia la intención de asaltar la ciudad porque no tenia ni el dinero, ni el material, el tiempo, y lo mas importante, los hombres necesarios para llevar a cabo la empresa con éxito. Así que cuando vio llegar las barcazas y no pudo detener su avance, sencillamente mandó levantar el sitio y se retiró.

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En todo caso, Leiden había resistido la durísima prueba a la que le sometieron los católicos. De esas de las que forjan el carácter de un pueblo. La leyenda, siendo precisamente leyenda y por lo tanto sin rigor histórico, no le resta un ápice de valor a la resistencia de los habitantes de Leiden. Tal vez solo es una manera de personalizar el valor mostrado por todos.

En prueba a la tenacidad y resistencia de sus habitantes a Leiden se le premió con una Universidad (la primera de las Provincias Unidas) y cada 3 de octubre recuerdan con una festividad el valor y la determinación que mostraron ante tan difícil trance.

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El Camino Español

2 comentarios en “El Asedio de Leiden o cómo un País forja su carácter”

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