Juan de Austria no hizo El Camino Español y perdió Flandes

Una desobediencia de Juan de Austria a Felipe II. Eso lo cambió todo. Y no es que a primera vista tuviera mucho impacto. Pero luego, con el devenir de los acontecimientos, el retraso provocado por esa desobediencia, hizo que el problema de Flandes se enquistara y alargara durante años, perdiendo España a uno de sus personajes mas valerosos y capaces y se desangrara, en hombres y en recursos, lentamente.

Fue en 1576, a la muerte de Luis de Requesens, hasta entonces gobernador de Flandes. Ese debía cubrirse lo antes posible y Felipe II no lo dudó. La persona elegida sería Juan de Austria: el Pacificador de las Alpujarras, el vencedor de Lepanto. El tenia las cualidades innatas y capacidades organizativas y militares para enderezar la de por sí compleja de Flandes.

A nadie se le escapaba que lo de Flandes se había convertido en un avispero. Las victorias del Duque de Alba sobre los protestantes había sido contrarrestadas por su propia mano dura, incomprensibles e injustas a la vista de los flamencos. La mano blanda y las concesiones del mas diplomático Luis de Requesens, no mejoraron la situación pues fue entendido como debilidad. Así las cosas, aquel sobre el que recayera la gobernación de Flandes tenía servido un buen nudo gordiano.

Juan de Austria recibe la noticia el 3 de Mayo estando en el Milanesado y las instrucciones son claras: partir de inmediato para Flandes por el camino de Saboya y Borgoña, Camino Español arriba, para hacerse cargo, una vez llegado a Bruselas, de su gobernación. Añadiendo expresamente:

«bajo ningún concepto debéis pensar en venir a España, aunque nadie desea mas que yo que pudierais hacer esta visita, tal es el placer que experimentaría al veros».

Desobedeció. Y eso lo cambió todo. Fue a España y vio al rey, que ciertamente se alegró, pero para cuando llego a Flandes, cuatro meses después de lo que hubiera tardado de haber obedecido, las tropas españolas ya habían rebasado su límite, después de  muchísimos meses sin cobrar malviviendo en condiciones pésimas, bajo la presión de saberse amenazados de muerte, protagonizaban la Batalla de Amberes. Hecho que requiere mención aparte y que tuvo como consecuencia directa que empezara su gobierno con la opinión pública en contra, sin dinero, sin apoyos políticos y sin tropas (con lo justo para para defender su vida) pues tuvo que aceptar que todos los soldados extranjeros salieran de Flandes (Pacificación de Gante). 

Las infinitas dificultades políticas, la gestión de una situación tan compleja y las duras condiciones climatológicas dieron con su salud, que se fue deteriorando paulatinamente hasta que se cobro su vida un par de años después. En el Escorial reposa su troceado cuerpo y en Namur su corazón. No dejéis de visitarlo y mostrar el debido respeto, que ha de ser mucho.

Pero es que desobedecer a un rey como Felipe II tiene sus consecuencias. Si hubiera hecho caso a la primera, hubiera entrado con mucho mejor pie en Flandes y, además, hubiera disfrutado de lo lindo haciendo El Camino Español.

El Camino Español

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