FOSSA EUGENIANA: un pedacito de España conecta Alemania y Holanda

Si algún día vais por Rheinberg (Alemania) o Venloo (Países Bajos), tal vez os gustará saber que allí hay un pedazo de España por el que podéis dar un agradable paseo. Un paseo por un Canal en medio de la naturaleza, que une ambas poblaciones (pertenecientes a la corona española a principio del siglo XVII). Un Canal que a punto estuvo de cambiar la Historia de Europa: La Fossa Eugeniana.

Una obra de ingeniería digna de titanes que con sus más de 40 kilómetros quería conectar el concurrido rio Rhin con la arteria económica de los Países Bajos Españoles, el Mosa, para habilitar el comercio flamenco con el Sacro Imperio Romano Germánico.

Y es que España se pasó el siglo XVI y XVII conectando el mundo y a las personas. No es exageración, es la pura verdad. Descubría rutas por mar (vuelta al mundo de Magallanes y Elcano, Ruta de Urdaneta entre Filipinas y América,…) y los vientos más favorables, hacía más eficientes las rutas establecidas y las poblaba de barcos, cada vez en mayor número y de más capacidad.

Y no sólo por mar, también por tierra o principalmente por tierra. Ampliaba caminos existentes para mejorar la comunicación y si no existían abría vías de cientos de kilómetros que se convertían en rutas de miles de kilómetros (Caminos Reales o Caminos de los Españoles) o creaba de la nada canales que comunicaban ríos para mejorar el comercio y la vida de la gente. Eso, señores míos, en cuatro continentes. Si eso no es conectar, nada lo es.

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Y éste es el caso que nos ocupa: la «Fossa Eugeniana». Se llamaba en realidad «Canal de Santa María» pero la gente, el pueblo, la llamó así en honor a Isabel Clara Eugenia, soberana de los Países Bajos Españoles (e hija de Felipe II), y a la que tenían en gran aprecio y estima. El nombre mola pero mola más que este canal estaba proyectado para unir el Rhin con el Mosa y luego éste con el Escalda. Ahí es nada.

La Fossa Eugeniana Fue una obra de ingeniería del Imperio Español que, cuando los holandeses se dieron cuenta de las consecuencias del canal para su economía, se emplearon a fondo para abortarlo porque implicaba, sin lugar a dudas, perder hasta la camisa. Pero antes hay que situarse en el contexto… que si no, nos perdemos en los detalles y nos dejamos lo jugoso… Brevemente:

España estaba intratable en lo militar  (La Campaña del Palatinado (1620-1622 y en la G30A) de los Tercios de Flandes, con Ambrosio Espínola al frente, había sido un éxito) y aposentada en su hegemonía política. Los ingleses estaban a por uvas sin encontrar su sitio después de la Guerra de las Armadas, los franceses tres cuartos de lo mismo con sus navajazos internos (que en todos lados cueces habas…) a cuenta de la religión.

Eran los holandeses, que con la incomparecencia en los mares de los ingleses, estaban desarrollando un comercio marítimo hábil y muy rentable (para un país tan pequeño, claro) y que era una fuente de ingresos principal (la otra era el comercio por el Rhin). Eran los holandeses, decíamos, los que estaban dando dolores de cabeza severos a la corona española.

Una vez éstos habían comprobado que también hay vida sin estar bajo tutela de un monarca, la G80A (reanudada en 1621) se había convertido ‘de facto’ en una guerra entre las Provincias Unidas y Los Países Bajos Españoles por abarcar la mayor parte del territorio disponible posible. Ambos estaban interesados en comerle el terreno al otro y ambos se sentían con fuerzas después de doce años de tregua… (así que, como no aprendemos, a apalearse sin descanso…)

Es en este contexto que España y los Países Bajos Españoles pactan un bloqueo comercial a las Provincias Unidas (para conseguir en lo económico lo que no se conseguía en lo militar). Un bloqueo completo por mar y por tierra:

En mar abierto con la Escuadra Naval de Flandes, con base principalmente en Ostende y las ‘patentes de corso’ (Para hacernos una idea entre 1.626 y 1.634 capturaron o hundieron 1.835 buques de diferente calado, en su mayoría holandeses).

En tierra con la construcción de la ‘Fossa Eugeniana’, que uniría el Rhin y el Mosa (y luego con el Escalda) y que abría los Países Bajos Españoles al comercio en el Rhin… y que penalizaría enormemente a la economía holandesa.

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El objetivo último de esta última acción, era convertir a Amberes (en los Países Bajos Españoles) en nuevo puerto de transbordo desde y hacia el interior del Sacro Imperio Romano Germánico (recordemos que el Emperador Fernando II le debía un favor de los grandes al Rey de España por su apoyo en la G30A, así que éste desviaría su comercio hacia ese puerto).

Con esa jugada los puertos holandeses de Amsterdam y Rotterdam perderían el estatus de puerto de salida de esas mercancías… y sus jugosas rentas económicas.

La construcción de la Fossa Eugeniana era pues fundamental para el bloqueo y el plan para ejecutarlo pionero, rompedor y, eso sí, muy complejo en lo técnico (pues debía permitir el paso de todo tipo de embarcación y el terreno no daba muchas facilidades). Sea como fuere, se puso en marcha el 21 de Septiembre de 1626.

A las poblaciones por donde estaba previsto que pasara, se les ponían los dientes largos sólo con pensar en los jugosos beneficios que ese canal tendría sobre sus maltrechas economías después de tantos años de guerra (Al proyecto se apuntó feliz hasta el que se perdió en la isla… de tan bien que le venía al personal. En Bruselas estaban como unas castañuelas). Una fuerza de hasta 8000 mil trabajadores a la vez se pusieron a cavar como posesos. Y unos cuantos miles soldados de los Tercios fueron situados para defender los trabajos.

Para cuando los holandeses se dieron cuenta de lo que se les venía encima, la Fossa Eugeniana llevaba la mitad del recorrido y hacia 1627 se abría, ya navegable, hasta la población de Geldern (a unos 20 km de Rheinberg). Tan apretadas tenían las posaderas los holandeses que iniciaron una ofensiva en toda regla que fue repelida en repetidas ocasiones gracias a las construcciones defensivas que se habían levantado para proteger el canal.

Evidentemente los retrasos en la obra se fueron acumulando debido a las incursiones holandesas y las dificultades técnicas de consideración que se encontraban en el camino, pero como seguía habiendo «voluntad política» (como se dice ahora…) de llevarlo a cabo, la obra siguió su curso para conectar el tramo final Geldern-Venloo.

Pero algo ocurrió… Algo que lo cambió todo. A miles de kilómetros y por primera y única vez los holandeses apresaron (una parte de la) Flota de Indias. Una de las consecuencias se dejó sentir en la construcción del Canal. Cierto es que se continuaron los trabajos hasta un año después (1629) pero cuando se acabaron del todo los fondos, se pararon, obviamente, los trabajos de la obra hasta la llegada de mejores circunstancias para continuarlos.

Pero esas circunstancias nunca llegaron. Hasta el punto que nadie acabó el canal… aunque tampoco nadie quitó lo hecho.

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Así que ahora hay un delicioso paseo puramente «español» entre Alemania y Holanda de casi 50 kilómetros para caminantes y ciclistas donde se pueden admirar las construcciones de la ‘Fossa Eugeniana‘ y los edificios defensivos que restan de aquella época en los que los españoles nos dedicábamos con todo el talento y la energía disponible en el Imperio a conectar el mundo y a las personas. Unas veces con éxito y otras no.

El Camino Español

PD: A partir de 1629, la G80A siguió su curso. La ardua, trabajada y sacrificada victoria holandesa en ‘s-Hertogenbosch (en 1629) les dejó el rio Mosa en bandeja. Luego llegó el sitio de Venloo (en 1632) y el de Rheinberg (en 1633), en la Campaña del Mosa, que hicieron pasar las poblaciones de manos españolas a manos holandesas… y con ello se perdía, del todo, la opción de conectar los Países Bajos Españoles con el Rhin.

4 comentarios en “FOSSA EUGENIANA: un pedacito de España conecta Alemania y Holanda”

  1. Hola:

    Fantástica web, me encantan los artículos que escribís. Un montón de curiosidades y sucesos para mí desconocidos que me apasiona leer.
    Seguíd así.

    Saludos

    1. caminoespanol

      Muchas gracias, Gustavo. También nosotros descubrimos muchas cosas que nos parecen dignas de que se conozcan. Hay lugares donde la presencia y la influencia de España abarcó siglos en un periodo revolucionario de la Historia de la humanidad. Cuanto más buscamos más encontramos 🙂

      un cordial saludo

      David

  2. Bueno, tal como es el carácter holandés, nunca van a reconocer lo bueno que hizo España durante aquellos tiempos, pues siempre miran con odio y menos precio a todo cuanto les suena a español.

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