Entendiendo, por fin, la Guerra de Flandes (I). 84.000 mercenarios de Orange contra los Tercios

No se puede entender, de verdad, la Guerra (civil) de Flandes, la mal llamada Guerra de los 80 años (que no fue una sola guerra y no duró 80 años) si no se atiende a ciertos hechos de bulto que, en general, los estudiosos del asunto han venido minimizando, no dándoles importancia, o directamente saltándose.

El primero de ellos es precisamente el origen no holandés ni flamenco de los ejércitos de Guillermo de Orange (y del propio Guillermo de Orange y su familia).

Vaya por delante que reunir 84.000 hombres para enfrentarse a los Tercios que defendían Holanda y Flandes (resumiendo mucho, los Países Bajos de entonces junto con Valonia y Luxemburgo) no era sencillo. Y menos cuando tienes que pagarles, porque todos esos miles de hombres resulta que son mercenarios. Un detalle éste, que el ejército de Guillermo de Orange fuera en su totalidad mercenario, que muchos de los que han «contado» la Guerra (civil) de Flandes tienden a olvidar.

Más que nada porque, por una parte, eso casa rematadamente mal con la versión heroica que los holandeses gustan imaginar de sí mismos al liberarse del «yugo español» con su padre de la patria al frente, Guillermo de Orange. Y por otra parte, así permitía (y permite) a los países protestantes (Inglaterra…) utilizar esa lucha del pueblo contra el opresor, que en su esquema mental eran los católicos, cuando procedía (movilizando su opinión pública contra España, por ejemplo…)

De estos 84.000 mercenarios, quedaron por el camino unos 25.000. Los que quedaron, a tenor por cómo fueron las batallas, tendrían haberse dado  con un canto en los dientes. La prudencia, el buen criterio y la maestría del Duque de Alba para salvaguardar a sus valiosos Tercios tuvo mucho que ver con que no murieran más mercenarios. Guillermo de Orange hubiera sacrificado a todos los «suyos» sin dudarlo. Para él no significaban nada, ahora veréis por qué.

Son dos las fases que hemos tenido en cuenta para contabilizar a los primeros contingentes del Taciturno: La primera y la segunda invasión de Flandes a manos del Clan Orange-Nassau para desestabilizar la que por entonces era, junto a Milán, la joya de la corona de los Austrias Españoles: Flandes.

En la primera ofensiva del Clan Orange-Nassau contra Flandes (de abril a octubre de 1568), Guillermo de Orange, moviliza en siete meses unos 44.000 mercenarios alemanes.

Los escenarios de la batallas son Dalen, Heiligerlee, Jemmingen y Jodoigne.

Es interesante apuntar que tanto Dalen como Jemmingen estaban entonces (y ahora) en tierras alemanas. Es un indicador claro del origen del movimiento «rebelde». Cabría, sin dudar, la pregunta de ¿por qué estaban algunos Estados alemanes tan interesados en desestabilizar los PPBB? y también ¿Quién pagaba la factura? Tal vez os de una pista que el Clan Nassau había nacido en su totalidad en territorio alemán (incluido Guillermo Nassau, llamado de Orange por un título que heredó de carambola).

En Dalen los Orange-Nassau movilizan unos 3.000 hombres. En Heiligerlee unos 4.000. En Jemmingen se alcanza la nada despreciable cifra de 12.000 mercenarios. Para cuando tiene lugar la no-batalla de Jodoigne alcanzan los 25.000 mercenarios. Es decir, un buen montón de soldados extranjeros mareando la perdiz en tierra flamenca.

Durante esos 7-8 meses de campaña ¿pensáis que pedían la comida por favor a los lugareños? A nosotros nos resultó interesante conocer los medios que usaba Guillermo de Orange para alimentar a su tropa mercenaria. También da pistas para ver lo mucho que le preocupaba al Taciturno los flamencos y holandeses que estaba invadiendo. Para protegerlos, eso sí según él, del Duque de Alba. Y si «su pueblo» le interesaba en esa medida, ya os podéis imaginar lo que le preocupaba la vida de los mercenarios.

Forjadores del Tiempo. Slag om Grolle 2015

En esta fase, los Tercios movilizaron a 40.600 hombres (hombres pagados por Felipe II y del bolsillo de Felipe II para defender los territorios de los que era soberano. Es un detalle importante) que empezaron a ser encabezados por el Duque de Alba en la batalla de Jemmingen y Jodoigne.

Las bajas de los Tercios fueron de un 5% (la inmensa mayoría en Heiligerlee, 2.000, por precipitación de los mandos. Para saber más). Los mercenarios, por contra, se dejaron por el camino unos 12.000 hombres (un 27%) antes de abandonar sus armas y al Taciturno porque las pagas no llegaban (y tal vez porque enfrentarse a los Tercios y al Duque de Alba era muy perjudicial para su salud). Estos últimos datos pueden ayudaros a entender el nulo apoyo social que tenía Guillermo de Orange en 1568.

El segundo ataque a tierras de Flandes se inicia en 1572, cuatro años después. Pero antes de entrar en esta fase es importante apuntar que para entonces, en 1572, habían cambiado muchas cosas en Flandes. Y habían cambiado para mal. Un apunte:

En 1568 Amberes era la capital comercial, económica no solo de Flandes, sino de todo Centroeuropa. Encargada de concentrar el comercio que desde España llegaba al corazón de Europa precisamente por estar dentro de la monarquía hispánica. Era el tercer vértice, junto con Sevilla y Génova, del comercio de la corona española. De esa unidad de mercado se beneficiaba, y mucho, Amberes, Flandes y en su conjunto, los Países Bajos.

En 1572, solo cuatro años después, Amberes estaba en imparable declive. Tanto es así que nunca más volvería a ese esplendor de tan solo unos años atrás.

La pregunta es ¿por qué?

La responsabilidad de esta nueva situación sólo tenía un nombre: Guillermo de Orange y todo lo que aconteció durante el Terrible Trienio (1568-1571)…

El Camino Español

PD: No hemos tenido en cuenta en este post la primera batalla relacionada con la Guerra (civil) de Flandes, que merece mención a parte (La batalla de Oosterweel), porque en ella no participaron los Tercios.  Si queréis saber por qué los Tercios tuvieron que ir a Flandes, sin duda, debéis leer sobre ella.

1 comentario en “Entendiendo, por fin, la Guerra de Flandes (I). 84.000 mercenarios de Orange contra los Tercios”

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