Según la definición del Consejo de Europa, se entiende por Itinerario Cultural Europeo un recorrido que abarca uno o varios países o regiones, y que se organiza alrededor de temas cuyo interés histórico, artístico o social se revela como europeo, sea en función del trazado geográfico del itinerario, sea en función de su contenido y de su significación.
Es, sin duda, una buena definición de a lo que aspira convertirse El Camino Español, que a lo largo de los años que llevamos estudiando sobre él ha dejado muestras más que evidentes de su importancia: Sí, un corredor militar creado en base a alianzas con Estados aliados, y precisamente por la seguridad que ese trazado mantuvo durante decenas de años, utilizado por comerciantes que extendieron su radio de acción, de industria que veía rutas asequibles para implantarse más lejos, de ideas y conceptos nuevos como los impulsados por el Barroco, de artistas que utilizaban esa ruta para ir a aprender desde otros lugares de Europa a la fuente del Renacimiento y del propio Barroco, la Península Itálica.
El Camino Español, la ruta histórica que va de Milán a Bruselas y que recorrieron los Tercios durante los siglos XVI y XVII, conectó los principales Estados de Europa de la época (Génova, Milanesado, Cantones Suizos, Saboya, Lorena, Franco Condado, Alsacia, los Países Bajos… y, claro, la propia España). Las huellas de aquella época siguen presentes en caminos y ciudades y El Camino Español, como Asociación, quiere ayudar a rescatarlo de la memoria y poner a disposición del viajero las excelencias de la tierra que atraviesa.
Al recorrer el Camino Español en bici queremos alcanzar varios objetivos que tienen como fin último la recuperación histórica de este legado que vertebró Europa durante decenas de años y sin el cual no se entendería la distribución política actual de los países que la formamos.
Son 1021 kilómetros en poco más de 10 días. Es sin duda un reto más que considerable a la que nos ponemos a prueba de buen grado para llevar a cabo esta aventura. Hemos escogido para este tercer proyecto el Camino Español 1599 que llevó a Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II, y su esposo desde Milán a Bruselas para convertirse en soberanos de los Países Bajos y crear allí una dinastía propia y separada de la Monarquía Hispánica. Ya lo dijo el propio Felipe II: «no quiero ser señor de herejes». Y esa era la muestra que estaba dispuesto a detener la guerra civil que había iniciado los Orange-Nassau, con Guillermo de Orange a la cabeza, deshaciéndose de una parte clave del Imperio: Los Países Bajos.
Pero volviendo al proyecto: Las llanuras de la Lombardía, los magníficos y exigentes Alpes Suizos, con su frondosos parajes, La Selva Negra alemana, la Alsacia francesa, Lorena con sus canales fluviales, la rocosa y pequeña Luxemburgo y la llana y verde Bélgica hasta alcanzar Bruselas y su Grand-Place. Ese es el recorrido que vamos a trazar pedalada a pedalada. Este es el recorrido que recorrieron los Príncipes en 1599. Son 36 etapas a pie que para llevarlo a cabo en un tiempo razonable hemos agrupado en etapas para bici.